tatuadas las cuerdas
en tus dedos largos
modestas arrugas
de paisano sabio
*
“medio descalcito”
llamabas lindamente
a aquel changuito
de madre ardiente
*
eras voz áspera,
con el corazón de horizonte
eras una guitarra
en tu caballo al trote
*
¡Ay Atahualpa, buen hombre,
con mayúsculas se escribe en mí
tu nombre!