lunes, 14 de diciembre de 2009


el mundo habitado


en este mundo no hay finales de teatro, con los actores reunidos aplaudiendo al final de la obra. hay más bien la noche, casa de ausencias. hay memoria débil de gestos únicos. melodías que regresan solitarias. tardes sin. viajantes que abren sus valijas, desnudando conjuntos irrepetibles de objetos, aromas y cielos. para luego cerrarlas, dejando algo que ya no se irá jamás. entre la ausencia y la presencia, los vestigios de cada visitante reaparecen con soberbia en los objetos donde moran.
es entonces que el mundo está habitado. y si bien hay vacancias, los lugares se ocupan de un modo imperativo, son ocupados, sin elecciones, sin conseciones, sin dramaturgia. es entonces que hay historia, y no obra.

todo lo que puedo ver todo lo que puedo ver es un territorio plagado de objetos, hilos, colores y figuras extrañas moviéndose, acercándose...