viernes, 20 de febrero de 2009

(Ahogar en tiempo reflexivo)

Lejos de luchar contra el río
fue dejarse llevar por él
hasta pactar con el ahogo

Lejos del presunto agotamiento,
el pudor del reposo.

Admitir la existencia de la correntada
¿supone colocarle laureles,
y someterse a su mandato?

lunes, 2 de febrero de 2009

Mi Norte

Las quenas, los sikus, los valles respirando entre la aridez de los cerros, los abismos que los rodean, adulándolos. Todo en el norte es aire entrando en el pecho. Un canal de aire hecho agua salvaje, desafiando rocas, salpicando, invadiendo, inundando. Todo en el norte es espacio. Es abrir los brazos hasta casi desprenderlos del cuerpo, sin tocar nada alrededor, siendo en cambio uno abrazado por la inmensidad. Abrazos esos que nunca atrapan. Como un paisaje del amor.

La ambiciosa flor naciendo en pequeños cactus, el hilo de agua corriendo a duras penas entre los rocosos caminos, la mirada rodeada de una piel curtida por un sol que la ha confundido con la tierra, cada noche estrellada que me ha acostado a contemplar. Todo me ha dicho que soy libre. Me han dicho los cerros que aquello que me sujeta no es sino una cuerda que aprieto con la fuerza de mi mano. Que la libertad más grande es la de detenerse a mirar a los ojos, a quien uno quiera, donde sea. Dedicar,se, convidar,se. Que la libertad más grande es ser el tiempo de otros, ser las manos que apretándose llenas de la misma tierra, se confunden en lo ajeno y lo propio. Maimará. Hornaditas. Maimará. Embriagado el pecho de norte, no me queda más que contagiar.

todo lo que puedo ver todo lo que puedo ver es un territorio plagado de objetos, hilos, colores y figuras extrañas moviéndose, acercándose...