miércoles, 2 de abril de 2008

El instante

Algunas pisadas hacen que las cosas que duermen por acá alrededor, hablen. Mi problema no es pisar, sino desconocer la profundidad de las huellas. Mi problema no es tocar, sino las marcas que quedan en los dedos. El camino se va dibujando, y es sólo de ida. El cuerpo se va modelando, y no es reciclable. Y voy siendo. Tan fugazmente.

El instante siguiente a una de esas pisadas, una descripción fenomenológica y algo más:
Un punto al lado de otro punto y otro y miles: un televisor, que sin perspectiva se une por otros millones de puntos a las demás figuras. Es una superficie plana. Como un cuadro, una pintura de mi vida cotidiana. Luego, sensación a que todo lo que hay a mi alrededor invade mi cuerpo, metiéndose por los poros; las migas en el mantel, el mantel, los adornos, las plantas; todo metiéndose, en todas direcciones. Las cosas me hablan, me gritan, cada objeto se convierte en su metáfora. Es el instante en el que no veo lo que veo. Es el instante en donde una silla, una puerta, condensan toda mi existencia. Mi existencia olvidada en tazas de té, en incontables desayunos tomados en ese mundo que suelo habitar y que ahora se proyecta delante de mí, como una película. Es tan encantadoramente demencial. Verme viendo. Tan efímeramente sorprendida. Volviendo a creer en lo irracional, en los milagros, en el destino, en las esperanzas, en las moralejas, en el silencio, en los sentidos ocultos detrás de las vivencias, en la pesadez del ser. En mí.

Esos instantes tienen algo mítico. Algo de verdad. Algo de sentido. Al menos su ominosa estructura (demasiados factores engañando a la contingencia: el silencio, la noche, la soledad, el recuerdo de esas últimas pisadas y el presunto descubrimiento de la profundidad de sus huellas).

Y todo después de mis pies ingenuos pisando ahí.
Cuando me corrí, ya nada era ni iba a ser igual.
Comenzaba ese instante parecido a la eternidad.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

la pesadez de llegar al punto de ver la vida como metafora de otra cosa, de sabernos dobles - esa huella.

que lindo verte deconstruyendote y volviendote a armar y a la vez negando la reciclabilidad -todo un momeneto.
me hace acordar a cuando jugaba con ladrillitos.

como si ese renacer tambien fuera parte del programa

re linda forma de sintetizar el devenir -muy nirvanica

y de construir una temporalidad en palabras

i

Juan Victor dijo...

si... ser conciente de las hendiduras en el mundo ...como condicion necesaria del vivir

y bueno... luego el tema de la extrañeza del mundo... que a veces nos resulta tan familiar

luego pienso en los pies...

una cuestion que tiene menos que ver con el texto

pero es curioso... yo siempre me memorizo los dedos gordos de los pies de las personas

que me importan

...es como que el hecho de no poder contener al ser mismo

a uno lo hacen resignarse a tomar una parte

Estefi Caicedo dijo...

...ese instante en el que la historia del autor de un texto queda condensada en una mezcla de palabras y metáforas que te invitan a pensar exactamente qué habrá querido decir. Interesante ese instante en el que uno tiene que ponerse a construir el texto de lo expuesto...
Bacio!

todo lo que puedo ver todo lo que puedo ver es un territorio plagado de objetos, hilos, colores y figuras extrañas moviéndose, acercándose...