sábado, 6 de julio de 2013

Colectivo

aunque este vidrio rutero tenga pudor
y se vista con el rocío de la noche
las luces de los autos que  pasan
lo desnudan con violenta impunidad
dejando al descubierto
el recorrido que los roces ajenos
le garabatean la piel.

casi en caricia
esas luces alcanzan mis mejillas
me traen de vuelta
[y sucede el milagro
del escozor sideral]

me pregunto cómo recortar,
con qué tijera, para quién,
cómo recortar un instante,
una imagen, una flor,
una confluencia infinitamente contingente de eventos,
cómo recortar las capas
que hacen que esta insospechada configuración de casualidades
desperece los pelos de mis antebrazos,
diciéndome que vivo, que hoy, que sol, que nombres.

cómo recortar para mí
cómo recortar para regalar
para compartir
¡cómo darte la secuencia irrepetible de flechas
cosquilleando sobre esta piel que es mía!

cómo recortar un segundo
caprichosamente único
entre tanta oferta  de tijeras
entre tanto recorte  inmediato,
instantáneo, obsceno, barato.

la soledad camuflada
en el collage colectivo

1 comentario:

estela dijo...

ohhh juro que se me eriza la piel, no sólo del antebrazo !!! cuántos destellos de sonidos, colores y pieles en esos instantes que las palabras no alcanzan a cubrir. Tus recortes, tus tijeras, son armas perfumadas que acarician el corazón !! Bendita tarde de sábado que te vuelve al papel (o a la notebook, no importa) absorbedor de toda tu sensibilidad !

todo lo que puedo ver todo lo que puedo ver es un territorio plagado de objetos, hilos, colores y figuras extrañas moviéndose, acercándose...