Viernes 6/06
Próxima función de Teatro Espontáneo
Pasaje Reartes 66
21 horas
a cargo de "El Pasaje".
http://www.teatroespontaneo.com.ar/
(nunca hubo chivos en este blog
-a lo mejor es un buen inicio o una simple excepción-
pero realmente deseo compartir esta info,
disfruto mucho lo que hace esta gente)
martes, 27 de mayo de 2008
jueves, 22 de mayo de 2008
basta relajar el combatiente escudo un instante
para verme la nariz pegada en vidrieras
que de cotidiano me son indiferentes
atiende un renegado:
vidas paralelas y
sentimientos evadidos,
por dos morlacos
escalofrío y manos húmedas
las monedas charlando en mi bolsillo
porque me cruzo de vereda
y si
el regreso a la acera ficcional
del yo quiero, yo decido, yo soy
con un tango oído en mis ojos
por aquella persiana baja
con toda mi modestia, con todas mis minúsculas:
un grano de polenta
tenía un grano de polenta en la cabeza, esa minucia dio comienzo a mis cavilaciones. me hizo pensar si escribías en una habitación de paredes peladas. si oías el ruido áspero del grafito raspando la hoja, o si era más bien la melodía suave de la tinta deslizándose.
¿tu cabello te hacía cosquillas en la mejilla derecha cuando des-encadenabas las palabras? los diestros por lo general inclinan la cabeza hacia la izquierda cuando escriben. a lo mejor no eras diestra. a lo mejor llevabas el cabello recogido.
¿tus rodillas soportaban el peso de tu cuerpo en la madera de una silla, así, como suele sentarse un niño? ¿o es que la posición de tu alma era más bien horizontal?
te imagino con ropas blancas y abrigos gastados, desmenuzados en los puños y codos. te pienso nuevamente oyendo el esquizofrénico-entrecortado-desdoblado sonido del lápiz gastándose en la hoja. como un murmullo de palabras yuxtapuestas.
te veo. tus ojos puestos en una profundidad acuosa que sólo puedo imaginarme por oposición con la plana superficie de esta hoja. mi piel erizándose. tres poemas me bastaron para verte llorar, para hacer atrevidas analogías con la seca piel de mis manos.
¿se oía la música tajante de las agujas de un reloj pinchando el silencio mientras agazapada en esa ventana observabas al pájaro mirándote desde la cornisa del edificio de enfrente?
miro el grano de polenta incrustado entre mi uña y mi carne, ¿comías sabiendo que hasta ese bocado desintegrándose en tu boca se tornaría mítico al evocarlo/pensarlo/imaginarlo/traerlo luego de tu muerte, Alejandra?
un grano de polenta
tenía un grano de polenta en la cabeza, esa minucia dio comienzo a mis cavilaciones. me hizo pensar si escribías en una habitación de paredes peladas. si oías el ruido áspero del grafito raspando la hoja, o si era más bien la melodía suave de la tinta deslizándose.
¿tu cabello te hacía cosquillas en la mejilla derecha cuando des-encadenabas las palabras? los diestros por lo general inclinan la cabeza hacia la izquierda cuando escriben. a lo mejor no eras diestra. a lo mejor llevabas el cabello recogido.
¿tus rodillas soportaban el peso de tu cuerpo en la madera de una silla, así, como suele sentarse un niño? ¿o es que la posición de tu alma era más bien horizontal?
te imagino con ropas blancas y abrigos gastados, desmenuzados en los puños y codos. te pienso nuevamente oyendo el esquizofrénico-entrecortado-desdoblado sonido del lápiz gastándose en la hoja. como un murmullo de palabras yuxtapuestas.
te veo. tus ojos puestos en una profundidad acuosa que sólo puedo imaginarme por oposición con la plana superficie de esta hoja. mi piel erizándose. tres poemas me bastaron para verte llorar, para hacer atrevidas analogías con la seca piel de mis manos.
¿se oía la música tajante de las agujas de un reloj pinchando el silencio mientras agazapada en esa ventana observabas al pájaro mirándote desde la cornisa del edificio de enfrente?
miro el grano de polenta incrustado entre mi uña y mi carne, ¿comías sabiendo que hasta ese bocado desintegrándose en tu boca se tornaría mítico al evocarlo/pensarlo/imaginarlo/traerlo luego de tu muerte, Alejandra?
pavadas
un té
Creyendo que el agua
hervía en su olvido
evaporándose nuevamente,
oía los borbotones
re-claman-tes
Sin embargo
al llegar a la presunta escena de mi crimen
alguien te había retirado del fuego
y entonces
¿yo que oía cuando te oía?
Ominoso es
extrapolar esta anécdota de entrecasa
a percepciones
con equipotente apariencia de realidad
pero que exceden mi cocina
Creyendo que el agua
hervía en su olvido
evaporándose nuevamente,
oía los borbotones
re-claman-tes
Sin embargo
al llegar a la presunta escena de mi crimen
alguien te había retirado del fuego
y entonces
¿yo que oía cuando te oía?
Ominoso es
extrapolar esta anécdota de entrecasa
a percepciones
con equipotente apariencia de realidad
pero que exceden mi cocina
jueves, 15 de mayo de 2008
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