sábado, 16 de agosto de 2008


Me pica la cara interna del dedo anular, me rasco con la uña del dedo gordo de la misma mano. Se dibuja una especie de caracol con mis dedos. Qué significa. Quién te dice qué significa. Si no te metés ahí cualquiera te dice. El primero que pase. Pero no. Yo decido primero: significa que estoy imaginando, que busco con los ojos y me cuento historias. Y todo esto por qué. Porque si no puedo ser protagonista, al menos el narrador omnisciente.

Qué miro. Miro a mi alrededor buscando algún objeto cualquiera que en su fachada me traduzca lo que del otro lado de mi pecho está escrito. Ahí, en ese punto que no tiene tiempo ni espacio, que es tan escurridizo y anclado a la vez. El Punto.
Pensar que toda mi alma se condensa ahí mismo, en una metáfora sin geografía.

Se calma el punto cuando miro a un par de ojos ajenos como a un legendario papiro cargado de verdades eternas. Constriñe el punto mi pecho (como estrujándolo) cuando esos ojos ajenos y estos ojos míos descruzan las líneas imaginarias que llamamos mirada.
Se expande el punto hasta humedecer mis manos, cuando me encamino envalentonada hacia donde tendré que sacar a relucir mi coraje con cara de póquer. Y así sucesivamente, con toda mi alma.

¿Todo aquí es puro deseo de creer? Por qué no. Porque me desgrano en mil arenas cada vez. Pero como las veces no son frecuentes está bien, lo admito: sí.

2 comentarios:

Estefi Caicedo dijo...

En un acto de sentido, pude encerrar todo tu comportamiento de poner tu dedo gordo sobre el anular...fantástico!
PD: gracias por el comment en mi Blog...fue el mejor que me hicieron, ¡lejos!
Y si, si no entendí mal la idea de tu escrito: I let you in!
Besulos.

tantomundo dijo...

hola,

me gusta este ritmo que tiene el texto

además
es como mirar hacia adentro en palabras

¿o será el puro deseo de creer?

un beso

p/d: yo sólo le sacaría una palabra

todo lo que puedo ver todo lo que puedo ver es un territorio plagado de objetos, hilos, colores y figuras extrañas moviéndose, acercándose...